martes, 13 de noviembre de 2012

La disciplina en el aula

En la actualidad cada vez se habla más del fracaso escolar, y del problema de la falta de disciplina en las aulas. Pero muy raramente se enlazan estos dos asuntos. En mi opinión, tienen mucho que ver el uno con el otro. Cualquier profesor que haya dado clase en un barrio medianamente problemático habrá sufrido en sus carnes la falta de orden y disciplina  que se vive en las aulas.
El profesor tiene que emplear gran parte de su tiempo en intentar poner un poco de silencio; pero esto es bastante difícil cuando la mayor parte del tiempo de la clase, está intentanto resolver disputas entre los alumnos. Por tanto, se ha convertido en una especie de Don Quijote que, además de dar clase, tiene que estar resolviendo problemas entre alumnos. Lógicamente este tiempo empleado en todos estos asuntos, no puedes usarlo en lo verdaderamente didáctico: explicar, preguntar, corregir, resolver dudad, interactuar con los alumnos, etc.



Pero ¿qué puede hacer, en realidad un profesor para poner orden en clase?
En primer lugar, lo intentas razonando con el niño, intentando motivarle, hablando en privado con él, etc. Después cuando lo anterior no da resultado, alzas un poco la voz para llamar la atención, a continuación amenazas con algún tipo de castigo, y al final, no queda mas remedio que imponerlo.
Aquí es donde llega meollo de la cuestión: en realidad ¿qué medidas podemos imporner a aquellos alumnos que no se comportan como es debido?
Además como los niños no son tontos, cuando ven que sus compañeros que tienen un comportamiento lamentable con otros niños o con el profesor siguen en el aula, y en la práctica no les pasa nada, tienden a envalentonarse y a comportarse de parecida manera.
El resultado de todo ello es que a menudo es prácticamente imposible mantener el orden, con lo que paradójicamente el profesor no cumple una de sus obligaciones, que es mantener el orden en el aula. En definitiva, parece que los alumnos sólo tienen derechos, pero no obligaciones, y si tienen de estas últimas no pasa nada si no las cumplen. Todo esto puede desembocar en una frustación docente, que le lleva a acabar enfermo de los nervios y de la garganta, o por el contrario, a acabar "pasando" de todo ante una desmotivación tremenda.
Por todo ello, creo que es urgente restaurar la autoridad y jerarquía en el aula, para que no se sigan dando estas situaciones día a día en los centros escolares.

¿Qué opináis con respecto a lo que sucede cada día en las aulas?

 
 
 
 

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